Hoy traigo una colaboración súper especial. Papá Fúturo nos cuenta de primera mano cómo ha vivido él nuestro aborto.

Me han pedido que cuente mi experiencia desde mi punto de vista.

Lo primero que me gustaría decir es que es algo increíblemente frustrante, como ir en una bici sin frenos, todo apunta en tu contra, no puedes hacer nada porque no está en tu mano y hay una posibilidad ínfima de que todo salga bien, y aunque al final te acabes dando la galleta, lo que más te duele es que siempre conservaste un hilo de esperanza.

Empezaré por el principio.

Sabíamos que estábamos embarazados, el terminator no se suele equivocar (No es predictor, Predictor predice, este te dice que ya ha pasado así que es Terminator). Durante la primera revisión llegaron las malas noticias, parecía una gestación interrumpida.

De primeras se hace difícil de entender, porque en el embarazo anterior todo fue bastante sobre ruedas (al menos para mí que a fin de cuentas no lo pasé en «propias carnes») y que te digan que ha empezado a haber problemas.. casi que parece que le quitas importancia, dentro de ti mismo piensas «Bueno, hay que cuidarse un poco, una o dos semanas de tener a la Jefa en palmitas y todo saldrá de rechupete. Hora de apechugar y todo arreglado». La realidad te empieza a mirar a los ojos cuando pasan las semanas y la situación no mejora mucho, vamos al médico y te dicen «Parece que ha mejorado un poquito, pero no estás fuera de peligro, mucho cuidado» Pasa el tiempo y cada vez estás más machacado, el llevar la casa, cuidar del peque y de la «Peque» pues va pasando factura.

En la penúltima visita surgió un rayo de esperanza, el motivo de la gestación interrumpida era un hematoma creado durante el proceso de implantación, y durante la noche anterior la jefa comenzó con el sangrado. Nos habían dicho en visitas médicas anteriores que el proceso sería parecido a una «SuperRegla» pero como no tenía dolores decidimos esperar hasta la mañana siguiente, lo mismo había suerte y a ella no le dolía. A la mañana siguiente nos pasamos por Urgencias y después de una eco el veredicto era un poco rocambolesco pero a estas alturas te agarras a un clavo ardiendo: «No es una gestación interrumpida, lo que pasa es que estás de menos semanas de las que crees» Lo primero que pensé es: El predictor se equivocó, la jefa se equivocó, y la otra Gine se equivocó, pero la historia me cuadra, no me importa que deformes la manzana hasta que parezca una pera, compro la pera aunque en el fondo no deje de sospechar que es una manzana». La explicación en lo que concernía al sangrado era que estaba expulsando el hematoma, motivo por el cual no tenía dolores, no era un aborto. Aún así nos dijo que no estábamos fuera de riesgo.

A estas alturas, por motivos que no vienen al caso la familia directa lo sabía y los compañeros de curro también, no quedó más remedio y en todo caso si alguien me lee, de verdad, no lo digáis hasta que pasen los tres meses de rigor, y eso si todo va bien, que luego duele más, que la gente pregunta y no dejan que cierre la herida.

Nos volvimos a casa a comer bastante divididos, una mitad de mi cabeza decía parece que todo va de cara, parece que el esfuerzo a dado frutos, parece que va a salir bien; otra mitad gritaba «¿EN SERIO TÍO! ¿PERO QUE EXPLICACIÓN ES ESA? CASI UN MES DE DESFASE!!! PERO TU ESTÁS SEGURO???»

Total que aunque te convences y convences a los demás de que las probabilidades de que las cosas vayan mal siguen siendo mayoría, la llamita arde, la luz de calorcito y nos gusta.

Después de comer la cosa se torció un poco porque la niña comenzó con molestias en la tripa, la cosa fue a más y nos fuimos al Hospi de cabeza. Llegamos rápido y nos atendieron aún más rápido [Gracias de verdad, no nos dio tiempo ni a sentarnos, las preguntas fueron las imprescindibles y la amabilidad y comprensión nos llegaron a carretadas] en ese momento el sangrado se hizo evidente y ella tenía muchísimas molestias. Le hicieron una nueva Eco y ése fue el momento en que peor lo pasé. Se la llevaron detrás de la cortina (se olvidaron un poquitín de que el contrario también está allí) y trataron de hacer una Eco Intravaginal, pero la zona estaba con mucho dolor, el dolor provoca tensión, y para hacer eso era necesario que estuviera relajada, así que no había manera y lo único que conseguían era hacer mucho daño.

La oí gritar y pedí permiso dos veces de forma educada, a la tercera me levanté, la enfermera me pidió con un hilo de voz que esperara, se quitó de su lado, y me pidió que me pusiera yo. No sé si sirvió de algo que estuviera con ella, pero no podía quedarme a un lado.

Después del mal rato nos dijeron que el proceso de aborto había comenzado, era evidente y eso iba a pasar si o si, así que mejor pasarlo en el Hospi con algo de ayuda química y eso hicimos. Nos pusieron en una habitación, algo de chute y algo de Oxitocina y pasada la medicación a caminar. Luego revisaron un poco, le dieron un empujoncito al proceso a base de pinzas y mucha habilidad y otro chute Intravaginal para expulsar parte que quedaba dentro (el saco) y para casita.

Finalmente el proceso terminó sin complicaciones y por suerte sin repercusiones físicas negativas para la amatxo.

Desde mi punto de vista… pues qué voy a decir, que es una frutada, que no se lo deseo a nadie y que es muy duro. El equipo médico decía «esto le pasa a casi todas las mujeres al menos una vez en la vida» ya pero ellas no son nosotros, nadie quiere que la pase y el mal de muchos no es el consuelo de nadie.

He respetado cada punto y cada coma, no he alterado el texto.