Yo no estaba ni a favor ni en contra, creo que cada hijo es único en su especie y se debe tomar la decisión en función de su propia personalidad. No podemos demonizar un objeto porque sea malo, el objeto nunca es malo, es el uso que se le da al objeto el que puede ser perjudicial para la salud de alguien.
Así que yo, encantada de la vida con las siete mil muestras de chupetes que tenía, empecé mi campaña de prueba de chupetes.
Los rechazó todos, los de silicona, los de látex, los anatómicos, los ergonómicos, los de colores y los de sin colores. ¡Todos!
Y aquí queda la historia de los chupetes. Porque no os penséis que no insistí… A los seis meses compré los de “a partir de seis meses” y volví a la carga. Pero nada… ningún interés. No mostraba cara de asco ni nada, simplemente chupaba un poco y luego lo escupía, le parecía muy divertido escupirlos.
Y es que cuando no hay manera… no hay futuro.
¿Cómo veo yo el chupete? Pues como he dicho antes, igual que cualquier objeto, es una herramienta más que se nos ofrece a los padres que si nos concienciamos para usarla correctamente puede conllevar muchos beneficios, pero si el uso es indiscriminado puede traer sus duras consecuencias también.
Yo echo de menos su uso como tranquilizante para Bebé Fúturo. Aunque es un niño esencialmente tranquilo, a la hora de dormir se vuelve muy inquieto porque se resiste naturalmente al sueño. Sólo se tranquiliza a la teta y ya estamos en esa fase en la que la teta le gusta, pero si escucha algo interesante, se levanta, observa, mira y cuando considera que todo está controlado, se tira (literalmente) de nuevo a por la teta. Quizás un chupete le permitiría tranquilizarse mientras controla su espacio y le deja entrar en una fase de sueño de forma más paulatina.
Ojo, ¡yo encantada con que prefiera la teta! Pero a veces tiene que dormirse sin yo estar presente… y ahí es difícil darle teta ninguna. Me encanta que yo sea su centro de entretenimiento particular favorito.
6 noviembre 2015 at 18:00
Estamos igual, con la diferencia de que mi hijo además es muy nervioso! Pero no hay manera, me dice que el chupete para mi. Vaya habilidad que tiene para escupirlos!!
10 noviembre 2015 at 15:18
¿Verdad? Y lo hacen así, en cuanto te despistas, chimpún, fuera chupete… Menuda habilidad para mandarlo lejos.
6 noviembre 2015 at 19:12
Yo también lo intenté porque UNMF es muy nervioso y muy dependiente de la teta, pero jamás lo quiso. Sin embargo yo lo tuve hasta los 8 meses jejejeje…no es genético esto, no.
10 noviembre 2015 at 15:19
Yo me enganché al dedo y la forma de quitármelo fue amenazarme con llamar al Manotijeras para cortarme el dedo… menudas pesadillas.
6 noviembre 2015 at 20:59
Mis dos hijos son chupete adictos. El mayor Dice que son los “chupeteros”. Hasta nombre tienen en su club privado, jaja
10 noviembre 2015 at 15:20
Jajajajaa, bueno, el chupete es más fácil de eliminar que el dedo… Pero tienen ya un buen nombre para el grupo de música del futuro, jajajaja.
6 noviembre 2015 at 22:44
Pues yo con Álvaro lo intenté por todos los medios y no lo quería. El es muy nervioso y demandante y aun necesita la teta para calmarse. Y con Jorge estoy haciendo lo mismo, intentarlo, pero estos hijos mios dicen que la goma pa mi, que ellos quieren teta.
10 noviembre 2015 at 15:21
Es que saben mucho… Bueno, es lo mejor para ellos después de todo, aunque a nosotras nos facilite el trabajo, no quiere decir que sea una herramienta imprescindible. ¿no?
7 noviembre 2015 at 03:15
Yo con Bombón se lo daba muy de tanto en tanto, lo q tú dices, alguna vez para dormir más q nada para cuando yo estaba en el trabajo y la verdad es q ella ni fú ni fa sinlo cogía pero a los 8 meses lo dejó por voluntad propia y por lo visto Minibombón va por el mismo camino, no es q le guste pero lo acepta cuando no puede tener la teti. En el lado opuesto está mi sobrino, tiene 3 años y medio y es dependiente del chupete, aunq creo q es más con quien esté q el chupete en sí, en mi casa tal como entra por la puerta me lo da y las veces q se ha quedado a dormir ni lo pide ni nada, pero yo lo he visto en plena crisis en casa de otros familiares y se pone histérico. Feliz día! Muack!
10 noviembre 2015 at 15:26
Como ya he dicho, es una herramienta… Pero no es algo de lo que los adultos seamos quienes dependamos para que el niño esté tranquilo. Tenemos que ser capaces de enseñarle a gestionar sus emociones y de vez en cuando el chupete nos ayuda a que lo hagan, pero que dependan de ello…
Bueno, por lo menos sabes que si el peque quisiera, se lo podría quitar.
7 noviembre 2015 at 11:00
Mi pichón tampoco quiso chupete y, en el fondo (y sin en el fondo), me gustó que no lo quisiera porque tener que quitárselo después me parececía un rollo patatero. Es visto a niños con una dependencia absoluta que lo han pasado realmente mal al dejarlo (con síndrome de abstinencia, diría yo).
Lo intenté un tiempo y viendo que aquello no tenía éxito, desistimos. Los escupía y hasta le daban arcadas. Hasta ahí podíamos llegar! No le iba a estar insistiendo en ese plan. No le gustaba ninguno, de ninguna forma, material, color…
Evidentemente, tiene el pecho para dormir y calmarse. Eso es lo que ha habido de siempre. El chupete es un sustito de la teta al fin y al cabo. Es más fácil ponerle un chupete y listo, eso sí, pero bueno. También tiene su lado “bueno”.
Un abrazo y feliz fin de semana.
10 noviembre 2015 at 15:29
Totalmente de acuerdo, para chupete… teta. Pero cuando no hay tenta… ¿? Pero bueno, de momento no nos hemos encontrado con ninguna situación que no se pueda superar por no tener chupete o teta, así que bueno.
Yo me quedo con las sensaciones de felicidad que nos transmitimos cuando se me agarra al pechote y lo estruja y me mira mientras sonríe como diciendo: “aquí soy feliz, mamá”.
7 noviembre 2015 at 11:27
A mi hija mayor le puse chupete porque de muy bebé empezó a chuparse el dedo y me entró pánico de que se enganchara a chuparse el dedo, pensé algo así como “dado el caso, el chupete lo puedo tirar, pero a ver que hago con el dedo…” No sé que hubiera pasado con el dedo pero el chupe me ha costado sudor y lágrimas quitárselo 😦 Lo único bueno es que no se metía nada en la boca al tenerla ya “ocupada” .Con el peque ha sido más fácil, ni dedo, ni chupe. Hubo una etapa, cuando le estaban saliendo los 4 primeros dientes, que se tiraba con un trozo de mano (pulgar e índice a la vez) metido en la boca tooodo el rato, con decirte que le salió una dermatitis tremenda, daba penica verle las manitas. Ahí intenté con mordedores o esos chupetes que son todo de goma, pero ná, volvía a su mano. Una vez pasada esa etapa ni dedo ni chupe, pasa olímpicamente de ellos. Eso sí, es un niño que todo lo que encuentra acaba en su boca (me ha dado cada susto…). Yo no veo al chupete ni bueno ni malo, pero por lo menos en mi caso, quitárselo fue horroroso.
10 noviembre 2015 at 15:31
Bueno, a mí para quitarme el dedo me amenazaron con llamar a Eduardo Manotijeras para que me cortara el dedo y santaspascuas… Es algo que no quiero que pase por Bebé Fúturo porque lo pasé muy mal un tiempo, pero bueno.
A mí como con el tuyo segundo, ni fu ni fa… Lo escupía y dejaba muy claro su preferencia.
9 noviembre 2015 at 04:41
Mi hija nunca usó se chupaba el dedo me daba miedo pensar en el día que tuviéramos que empezar a dejarlo. La pediatra me dijo que la dejara que no le insistiera y la verdad es que al empezar infantil le empezó a dar vergüenza y lo dejo. Un saludo.
10 noviembre 2015 at 15:34
Mira tú qué bien, yo no tuve esa suerte… No me gustó cómo se hizo mi dejar el dedo, pero bueno (amenazándome con llamar a Eduardo Manotijeras para cortarme el dedo).
10 noviembre 2015 at 15:37
UF! Yo me enfadaba cuando le decían que no lo hiciera y nos costo mucho que respetaran nuestra decisión pero el tiempo nos dio la razón 😉
10 noviembre 2015 at 15:40
La gente pretende ayudar sin contar con los padres… es horroroso. Me estoy temiendo el día que con 3 años el peque pida teta en público y todo el mundo se me eche encima.
10 noviembre 2015 at 16:16
Intenta pasar de todo y haz lo que creas correcto. Al principio me costo horrores pero ahora ya lo llevo mejor jajaja